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as directivas de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador,
”UPEL”, después de varios meses de espera “protocolar”, llevaron a cabo la
ceremonia de culminación de estudios
para los graduandos del curso 2012-2013.
Terminada la celebración dominical continuó el acto con las palabras
de la directora de la UPEL. Inició su intervención felicitando a las presentes
por el “día de la mujer”, dio algunas informaciones y recalcó que “somos
protagonistas de esta actividad”. Agradeció a todos los ponentes que
participarán en este acto.
Añadió que identificación y pertenencia se necesitan para sentir la
Universidad, una casa de estudios pequeña pero de gran alcance y donde el
ambiente de familia es realmente evidente por la calidad de las personas que la
integran.
La Hna. Simonia tomó la palabra y agradeció el reconocimiento del cual
ha sido objeto. Añadió que, “debemos caminar en el sentido de que Dios va
moldeando al ser humano y así podremos conocernos y compadecernos unos de
otros. No esperaba este significativo detalle, esta placa. Cuando ingresé a la
universidad no manifesté que era religiosa pero al verme ‘distinta’ fueron
descubriendo mi compromiso religioso. Con todo el corazón doy mis sinceros
agradecimientos; me he sentido en familia. Un profesor me dijo: Simonia, soy
parte de tu familia, siéntete en familia. Doy gracias Dios por los profesores y
los facilitadores que nos acompañaron. Agradezco a los compañeros que, habiendo
hecho el mismo camino, compartieron dificultades y triunfos a lo largo de estos
años. Agradezco al Señor el haber vivido esta experiencia en la que he sentido
la necesidad de ser ayudada y el haber podido ayudar y animar a otros.
Especialmente agradezco a mi comunidad religiosa, sin cuya ayuda, no hubiera
salido adelante y especialmente, a la Hna. Lupe, con quien viví todo este
tiempo de estudiante, pues fue la persona que me animó y en muchas ocasiones me
facilitó el cumplir con mis estudios y no me dejó caer en la tentación de tirar
la toalla”. No sólo los estudios y el trabajo que estos suponían marcaron esta
etapa de la vida de Simonia, también, sufrió a distancia con su familia, la grave enfermedad de su padre. Ha sido un
tiempo de “pruebas” pero un tiempo en que el amor de Dios se ha percibido con
mayor fuerza.
Este tiempo de “estudiante” ha sido una experiencia importante, no
sólo en la vida de Simonia sino en la vida de la comunidad y de otras muchas
personas. En el mes de octubre, en Puerto Ordaz se llevó a cabo el acto solemne
de grado. Hna. Simonia recibió su título de Profesora en Educación, mención
Lengua y Literatura. ¡Felicitaciones!!!
Hna. Teresa de J. Castaño